8 recomendaciones para adaptarte a la ortodoncia
Seguir los consejos e instrucciones de tu odontólogo es clave para evitar todo tipo de infecciones durante el tratamiento de tu ortodoncia.
8 consejos prácticos y sencillos con todo lo que necesitás saber y lo que no debes hacer durante el tratamiento.
1. Programá el turno para un viernes
Generalmente, las primeras 48-72 horas con la ortodoncia suelen ser muy dolorosas. Lo mejor, pedí turno con tu odontólogo un viernes. Así, el fin de semana vas a estar tranquila y descansando.
2. Dieta de líquidos
Seguí con la dieta y los consejos que te dá tu odontólogo. Asegurate de tener en la heladera verduras para hacer purés, sopas, batidos de frutas y leche.
3. Usá cepillos interdentales
Para poder eliminar los restos de comida, necesitás usar además cepillos interdentales de diferentes tamaños, para llegar a todos los rincones, incluido el interior de los propios brackets.
El cepillado debe realizarse con cuidado y de forma específica si no queremos dañar los brackets o incluso nuestros dientes. Debemos cepillarnos los dientes al menos 3 veces al día.
4. Armá tu kit de emergencia
Llevá siempre en tu mochila: cepillo de dientes, dentífrico, cepillos interproximales, hilo dental, enjuage bucal y por las dudas, un Paracetamol en caso de que comience a dolerte la ortodoncia.
5. Tené a mano el teléfono de tu odontólogo
En el tiempo que tengas la ortodoncia es probable que tengas algún inconveniente: se te despegue algún bracket, salga el alambre o incluso te pinche.
Agendá el número de tu odontólogo y consultá ante la duda o el problema que te pueda surgir.
Es posible que nunca lo uses, pero da mucha más seguridad saber que puedes contar con su experiencia cada vez que lo necesites.
6. Nuestros labios
La ortodoncia hace que la disposición de nuestros labios cambie y que produzcamos más saliva, lo que hace que hablemos “un poco raro” en los primeros días.
Recordá tener un hidratante labial para ayudarte con los labios secos que provoca la ortodoncia. Nuestros labios se secan porque tendemos a no cerrar la boca por completo.